Tomando como imagen metafórica una bailarina de strip-tease, los autores recorren hacia el pasado: hacia el Homo Erectus, el chimpancé, los reptiles o las bacterias, el camino atravesado por la sexualidad desde que apareció hace millones de años. Lo que emerge es una enorme variedad de experiencias sexuales con lo que el punto de vista moral sobre la sexualidad queda totalmente relativizado.