Era medianoche. En su cama de hospital, Enrique trataba de dormir. Cuando estaba cerrando los ojos, vio unas lucecitas encima de unas pequeñas puertas en la base de la pared. De repente se abrieron las puertas y aparecieron unos ratones vestidos como doctores y enfermeras. Enrique no podía creer lo que veía.