El espejo enterrado nos brinda un vasto reflejo que abarca los 500 años transcurridos desde el primer viaje de Cristóbal Colón, que constituyó una de las empresas intelectuales más significativas de la humanidad y, específicamente, de 1492, año tan pródigo en memorias y querellas. Carlos Fuentes (1929) no se detiene en el siglo XVI, sino que avanza ágilmente hacia nuestros días hablándonos sobre la expresión plástica de Iberoamérica.