Giorgi, un ser desarraigado que hace de su vida un continuo deambular, representa a todos los seres humanos injustamente perseguidos y estigmatizados. Exiliado con su familia de Rusia tras la Revolución de 1917, emigra a Alemania, que pronto se convierte en otro infierno bajo el nazismo y la Segunda Guerra Mundial. Teniendo como punto de referencia la actualidad, retrocedemos hasta la antigua URSS, Suecia, Francia, Egipto, la España franquista, México... que conforman el escenario de la novela.
Con un sentido ético que impregna toda la obra, el protagonista asume la segregación a la que lo conducen los diversos regímenes totalitarios que le toca vivir y su propia homosexualidad en un mundo que le niega el derecho a realizarse como persona.
El silencio roto es una búsqueda de la dignidad y la libertad.