«En otoño de 1892 un joven campesino ruso -su nombre de pila es Simeón- llega, procedente de la provincia de Tambov, a la Santa Montaña del Athos. Ha finalizado su servicio militar y se dirige ahora al Monasterio ruso de San Pantaléimon; emprende allí un prolongado combate espiritual hasta su muerte en 1938. Aunque inculto en el sentido usual del término -dos inviernos en la escuela de su aldea son su único bagaje intelectual-, su denodado esfuerzo ascético le depara una experiencia personal del Cristianismo idéntica a la de muchos Padres ascetas antiguos. El Stárets Silouan fue canonizado por el Patriarcado ecuménico de la Iglesia ortodoxa en 1988. Un Stárets -anciano (Mt 15, 2; Mc 7, 3)- es un monje cuya experiencia ascética le ha otorgado sabiduría, penetración y capacidad de guiar a los demás».