La concepción de las personas con retraso mental está reorientándose de manera significativa en los últimos años. Dicho cambio se está reflejando directamente en las prácticas de evaluación e intervención que, actualmente, se llevan a cabo con esta población.
La primera parte de esta obra se centra en el análisis de las habilidades de adaptación y las habilidades sociales, diferenciando ambos conceptos con el objetivo de facilitar la elaboración de programas para el aprendizaje de conductas de integración comunitaria. En segundo lugar, se analizan las conductas adaptativas y los trastornos psicopatológicos, que resultan de primordial interés en el momento actual. Los problemas de conducta en las personas con retraso mental constituyen una de las principales dificultades a las que se enfrentan los profesionales en su trabajo diario con esta población y ante los que existe una fuerte controversia en cuanto a la forma de atajarlos. Los tratamientos que se utilizan con mayor frecuencia cargan sus tintas en la utilización de técnicas que podemos cuestionar desde el punto de vista ético. Los autores de esta obra abogan por una intervención educativa, más que supresora, basada en técnicas fundamentalmente no aversivas en la reorientación de las conductas juzgadas socialmente como inadecuadas.