La inmensa obra de Jean Piaget estuvo siempre dirigida por intereses epistemológicos, tratando de descubrir cómo se produce el conocimiento, mientras que Bärbel Inhelder, su más estrecha colaboradora desde los años treinta, se ha interesado más bien por estudiar al sujeto psicológico real. En los años setenta, Inhelder inició un vasto programa de investigación destinado a descubrir los procedimientos que siguen los niños en la resolución de tareas, frente al estudio de las estructuras que hacen posible la conducta. Este enfoque venía a converger con la corriente de la psicología norteamericana conocida como psicología cognitiva. No se trata, entonces, de estudiar los grandes progresos que hace el sujeto para organizar el mundo, sino los pequeños avances que realiza cuando se enfrenta con una tarea concreta para resolverla. Desde esa época, Inhelder, con un variado equipo de colaboradores, ha realizado numerosas investigaciones y ha ido perfilando una posición psicológica propia, un nuevo funcionalismo. Esta obra no sólo recoge las investigaciones empíricas, sino también el enfoque general, y discute numerosos problemas muy debatidos en la psicología actual, estableciendo un diálogo continuo con la psicología cognitiva, con el procesamiento de la información y con la simulación del comportamiento. Las aportaciones de Céllerier contribuyen a la discusión de los grandes problemas que tiene planteada la teoría psicológica.