El autor recuenta la rica historia de la invención de la perspectiva en el siglo XV y muestra cómo se utilizó para conseguir efectos estéticos sutiles y fascinantes. Su clara presentación de los conceptos fundamentales de la perspectiva y las razones de su eficacia, basándose en la investigación de laboratorio sobre percepción más reciente, conduce al desarrollo de una teoría para explicar por qué los artistas del Renacimiento usaron la perspectiva de forma tan poco ortodoxa que dejó perplejos a los académicos del arte.