Hasta hace muy poco tiempo, casi todos los libros sobre la primera infancia suponían en el bebé una inmadurez básica. Tiffany FIELD, en su revisión de estudios recientes, muestra que los bebés poseen complejas destrezas perceptivas, como la del oído, incluso antes de nacer. Los recién nacidos pueden percibir el tacto y el movimiento, discriminar entre sabores y olores, reconocer la voz de la madre e imitar expresiones faciales. La autora examina la aparición de las destrezas sensomotrices y cognitivas que desempeñan un importante papel en el desarrollo social y emocional en los meses posteriores al nacimiento, cuando el niño experimenta el mundo. Conviene destacar además los capítulos dedicados a las guarderías y programas de asistencia diurna, y a los niños y niñas en situación de riesgo por diversas causas.