" Durante veinte intensos años (1830-1850), el romanticismo representó en España un movimiento literario de libertad y renovación. En ese período, la lírica es el género dominante, pues los postulados románticos, al intensificar el individualismo y proclamar la fuerza de los sentimientos, divinizan el " " yo " " y lo convierten en foco de su imagen del mundo y en centro único de manifestación. En esta poesía de exacerbado subjetivismo, el poeta romántico canta con dos melodías: una de exaltación apasionada, su búsqueda del ideal inefable, y otra de lamentación, la dramática caída en el desengaño. "