Álvaro es un adolescente. Recuerda con enorme satisfacción y orgullo la influencia de su abuelo Santos en su educación. Él le ha enseñado a amar todas las cosas, desde la verdad hasta la tierra. Aunque educado en Madrid, se siente totalmente vinculado al plantío de un pueblo de La Mancha, en donde nació su padre y al que hace escapadas con su abuelo. Hace todo lo posible para conservarlo. Y le ayudan sus compañeros de estudios, una pandilla con sus problemas, pero increíblemente unida. Laura representa para Alvaro la vía de aproximación al amor. El viaje va a ser largo y azaroso