Europa tiene miedo de su futuro. La crisis de empleo por la que atraviesan los países del viejo continente es la más grave desde los años 30. Y la consiguiente multiplicación de las situaciones de precariedad y exclusión, desgraciadamente, está poniendo en peligro el funcionamiento mismo de nuestras sociedades: la integración a través del trabajo. Aunque se dice que, para salir de esta crisis, no hay otra política posible que la puesta en práctica hasta ahora, ¿qué debemos pensar de unos métodos que, de forma sistemática, no alcanzan nunca sus objetivos? El índice de para es ahora más elevado que en ninguna otra época de nuestra historia, mientras que el déficit público es cada vez más considerable. Como consecuencia, la llamada "construcción europea" se está resquebrajando: el SME ya no es un sistema de cambio fijo, y ese mismo déficit está provocando que la perspectiva de la moneda única se esté alejando cada vez más de nosotros. Así, pues, estas opciones, que hasta hace poco obedecía a una cierta racionalidad, parecen ser hoy en día meras consecuencias del dogmatismo. Si el debate queda prohibido es porque aparece enfrentado a los argumentos de los partidarios de una moneda fuerte, cuando lo cierto es que el verdadero debate, por el contrario, debería ceñirse a los medios que hay que poner para obtener el pleno empleo precisamente con una moneda fuerte. El presente libro, primera gran síntesis sobre el tema, tiene como objetivo no sólo demostrar que éste es un debate absolutamente necesario y urgente, sino también olvidarse de las polémicas estériles y poner al alcance del gran público los datos esenciales y los conceptos clave de un pensamiento económico que, en la mayoría de los casos, permanece desconocido o ignorado.