La niña se aburría en su casa. Los juguetes de siempre ya no la entretenían.
Pero un buen día imaginó, inventó y se hizo un amigo con papel de periódico.
El hombrecillo de papel y la niña aprendieron a descubrir la vida, lo bueno y lo malo que hay en ella, y cómo se puede transmitir esperanza y alegría a los demás, mirando las acciones humanas con los ojos de la solidaridad.