Alfonso X obtuvo momentos de esplendor inigualados en lo cultural y en lo científico para España y sus lenguas romances, el castellano y el gallego. Introdujo el "castellano drecho" en los usos de la Corte y en la redacción de sus obras científicas, jurídicas e historiográficas, y adoptó para su obra lírica el gallego-portugués. Junto a su magna obra científica e historiográfica se conserva un cancionero de poesía religiosa, el primer y más abultado Cancionero Mariano, y varias poesías de carácter profano, diseminadas en los cancioneros galaico-portugueses. Composiciones de un poeta-rey cuya sensibilidad artística le condujo a cultivar todas las artes y a promover uno de los movimientos culturales más densos y ricos de Europa en el siglo XIII. Esta edición incluye un total de cincuenta cantigas, entre religiosas y profana.