Desde 1939, las Legaciones española en Europa junto al Ministerio de Asuntos Exteriores en Madrid, se preocuparon por el destino de los sefarditas bajo las leyes racistas del Tercer Reich. Diversos diplomáticos españoles realizaron una labor extraordinaria en defensa de los judíos sefarditas, o de los judíos en general. Casos como el que fuera Cónsul General de España en París, Bernardo Rolland, o el embajador en la Alemania nazi, Ginés Vidal, ejemplificaron la lucha abnegada en defensa de los perseguidos. Gracias a ellos varios miles de israelitas pudieron salvar su vida. El trabajo recoge, a través de un paciente análisis de la documentación conservada, los esfuerzos que realizaron esos funcionarios, para llevar a cabo su función.