El problema de la drogadicción es un fenómeno que, en los momentos actuales, presenta una acusada complejidad, por lo que reducirlo a planteamientos simples y unilaterales es una equivocación que puede conducir a la esterilidad en la búsqueda de soluciones. Debido a ello, nos parece no sólo legítimo sino también conveniente que haya personas, en las distintas profesiones, que se interesen por determinados aspectos del problema, así como que haya teorías y modelos rivales, dentro de una misma especialidad, en torno a las mejores soluciones. Este puede ser un buen camino para que unas veces desde la cooperación, entre especialidades diversas, y otras desde el conflicto, entre teorías encontradas de la misma especialidad, se pueda ir progresando.