Este trabajo pretende ser una guía de sugerencias para el profesorado que emprenda -sobre todo, si no es un iniciado- una experiencia de dramatización. No es fácil contar lo que uno ha ido aprendiendo a lo largo de muchos años y muchas horas de dedicación a la enseñanza del teatro, pero sí es posible, y en esto consiste el intento, ofrecer un cuadro general de posibilidades para quien anime un grupo que se enfrente al hecho teatral pueda conseguir que ese acercamiento no consista en un contacto frío, sino en una vivencia llena de contenido, de sensaciones, de sentido. El profesorado con lo que su prudencia ?tan importante en este tipo de experiencias- le dicte, y en base a las características del grupo que esté a su cargo, y según el viento que cada día sople y el tipo de duende que tenga a bien hacer magia de presencia, puede servirse de esta guía, no para reproducirla, sino, para hacerla suya, ampliando, suprimiendo, ?si quisiere?, como mejor le parezca.