Tras el éxito de Alicia en el País de las Maravillas, Lewis Carroll pensó enseguida en escribir una segunda parte; así nació A Través del Espejo. Por encima de diferencias muy apreciables, A través del espejo tiene en común con el primer libro de Alicia el rasgo que hace de ellos auténticas obras maestras: su capacidad de plasmar y desarrollar el mundo de los sueños, esa otra dimensión en la que lo más absurdo se nos presenta cargado de realismo y regido por una lógica incomprensible pero aplastante.
Esa capacidad de Carroll para dormir el mecanismo de los sueños, y que no tiene que ver con lo fantástico o imaginativos que resultan sus relatos, es el motivo que explica que puedan disfrutar de sus libros los lectores decimonómicos y los que se acercan al siglo XXI, los que acaban de cumplir los diez años y los que rondan los cincuenta. ¿Por qué? Porque todos sueñan igual.