"El Drama de Adán" es, sin lugar a dudas, la pieza de teatro medieval que mayor información ofrece acerca de lo que debió de ser una puesta en escena al uso. Su importancia queda, pues, justificada cuando estudiamos la evolución y desarrollo del drama en una época en la que el escenario simultáneo ofrecía al espectador un mensaje similar al de las mesuradas esculturas de las viejas catedrales góticas: la lectura viva y presente de lo que ha de ser o de lo que está por venir. Mantiene, a lo largo de su exposición, una unidad temática bien definida: la llegada del Mesías.