Después de precisar los límites de la ciencia filológica y, dentro de ella, los de la filológica clásica, y, más en particular aún, los de la filología latina, entra el autor en el objeto de su estudio, que divide los tres apartados: Las fuentes para el estudio del latín; La filología latina en su evolución histórica y el ambito y orientaciones de la gramática latina.