Jalil Gibrán nació en un pueblo de las montañas del Líbano, abrazado por los cerdos milenarios y sagrados. Gibrán, que en su obra mezcla dos místicas, la de Oriente y la de Ociidente, fue profundamente influido por las antiguas tradiciones espirituales, estéticas y filosóficas de su medio.
En su obra late una dimensión universal de sabiduría que ha cautivado a millones de lectores en todo el mundo.