Desde García Lorca con su Poeta en Nueva York, ningún otro poeta en
lengua castellana había abordado el tema de Nueva York como lo hace Braschi
aquí, la gran ciudad invadida de orgías, bacanales, bufones, estrellas de cine,
anuncios, amor, soledad, muerte y locura. Abrir las páginas de este libro es
entrar en una ciudad caótica y exótica, mágica y real.