Casi todos los grandes novelistas del siglo XIX español probaron fortuna en el cuento corto. Tres cuentos de Clarín -entre los que no podía faltar «¡Adiós, Cordera!»-, tres de Emilia Pardo Bazán, dos de Alarcón y otros de Valera, Pérez Galdós, Pereda y Palacio Valdés componen esta espléndida muestra de la mejor cuentística del siglo XIX.