Propuesto en dos ocasiones para el premio Nobel de Literatura, Armando Palacio Valdés (1853-1938) alcanzó con sus novelas una enorme popularidad. Tras una primera etapa de adscripción, matizada, a los principios formales del Naturalismo, una crisis espiritual le distanció progresivamente del movimiento. Tampoco comulgará con la ideología modernista, pero muchos caracteres de ella impregnarán sus obras en los primeros años del siglo xx. Buen ejemplo de ello es, precisamente, La aldea perdida (1903), donde los recuerdos de los años de infancia y adolescencia vividos en los valles asturianos de Llaviana, aborda problemas que en la tranquila vida de la comunidad campesina originó la primera industrialización, con la introducción violenta de usos y costumbres ajenas a toda su ancestral cultura. Dos historias de amor contrapuntean el relato hasta llegar hasta su trágico final. Álvaro Ruiz de la Peña, profesor de la Universidad de Oviedo, ha preparado esta documentada edición que, sin duda, ha de contribuir a la reivindicación de una figura hoy injustamente valorada.