Karen se entera de que una compañera de estudios está enferma de SIDA. Ambas coinciden en el laboratorio de biología y les toca compartir pupitre. Todos sugieren a Karen que pida que le cambien de sitio, pero el recuerdo de la amistad que mantuvieron años atrás y una conducta solidaria hacen que siga a su lado. Karen luchará contra sus propios temores y los prejuicios de los demás.