Un samovar es un utensilio casero muy característico de la cultura rusa, que sirve para hacer el té; pero también es el protagonista de esta historia de Maximo Gorki, donde se critica la soberbia y la presunción.
Este precioso cuento está resuelto como un juego donde se combina la prosa y la rima.
Su amena lectura ofrece múltiples posibilidades para la dramatización.