Con el fin de desentrañar el papel que las más actuales corrientes filosóficas desempeñan en la educación, los autores de este libro parten de un crítico análisis de los acontecimientos de mayo del 68. Se intuyen dos vías de intervención de la filosofía sobre el pensamiento y la práctica educativa: por un lado, la tendencia anticonstructivista a los discursos posmodernos, sistémicos y tecnológicos; por otro, la persistencia del humanismo asentado ahora en el intento de prolongar la modernidad" y en nuevas perspectivas tales como el pacifismo y el ecologismo.