La elección del contenido de esta obra obedece, principalmente, a dos razones. La primera se fundamenta en el hecho de que nadie duda hoy en considerar al museo como un medio de comunicación, al igual que la radio, la televisión y los medios interactivos; incluso podemos afirmar que el museo utiliza todos los lenguajes que singularizan a cada uno de estos medios, reforzando así su potencial comunicativo. La segunda, parte del deseo de analizar, desde una perspectiva histórica, cuáles han sido los mecanismos comunicativos del museo desde sus orígenes hasta nuestros días.