Conviene desterrar la idea de que el progreso espiritual podría dependen exclusivamente de la meditación. En el sendero místico, la acción, mantenida y guiada por la técnica, es el alter ego de la meditación. Lo que pretende el autor no es la meditación sobre el Yo, sino la utilización del Yo. Esta obra pone de relieve los principios fundamentales y el método esotérico empleados por el Maestro durante la preparación del discípulo.