Poco podía imaginar el dr. John Watson que compartir piso en Londres
iba a ser más emocionante y arriesgado que combatir en Afganistán. ¿El
responsable? Su compañero de piso, Sherlock Holmes, cuyas dotes
deductivas y personalidad fascinan a Watson hasta el punto de ayudarlo
en sus casos y comenzar a plasmarlos por escrito. Estudio en escarlata es
el trepidante comienzo de la andadura en común de los célebres
inquilinos del 221B de Baker Street, el llamado canon «holmesiano», que
se prolongaría durante cuatro novelas y medio centenar de relatos.