Todos los seres humanos poseemos la capacidad natural de estar en estado expandido de conciencia y entrar en regresión, pero no todos nos permitimos hacerlo.
En regresión, nuestro cerebro analítico cree que retrocedemos, pero no retrocedemos a lugar ni época alguna, ya que todo lo que necesitamos sanar está en El Eterno Presente del Alma.
A través de la Terapia Regresiva llegamos al conocimiento del proceso de la muerte, descubriendo la realidad del mundo espiritual.
La muerte es un proceso mediante el cual, nos liberamos del cuerpo físico para volver al mundo espiritual y reconciliarnos con nuestra esencia.
La muerte no es el fracaso de la medicina...
Estas son algunas de las conclusiones que el autor nos muestra en esta obra. Y a las que ha llegado después de más de 15 años de investigación, formación y trabajo en la Terapia Regresiva.
Este testimonio es una prueba más, de la realidad sutil del ser humano y un puente que hace posible la cohesión y la unión entre ciencia y espiritualidad.