• RATZINGER Y LOS FILÓSOFOS

    DE PLATÓN A VATTIMO

    SADA, ALEJANDRO / ALBINO DE ASSUNÇAO, RUDY / ROWLAND, TRACEY / SCHLÖGL, MANUEL / DE GAÁL, EMERY / GO EDITORIALS VARIES Ref. 9788413391618 Altres productes de la mateixa col·lecció Altres productes del mateix autor
    «El profesor Gottlieb Söhngen, mentor académico y supervisor de la tesis de doctorado de Joseph Ratzinger, estaba convencido de que era imposible prepararse adecuadamente para hacer teología sin contar también con la filosofía: 'No importa cuán largo sea el camino de la filosofía, nunca es una desvi...
    Dimensions: 230 x 150 x 25 cm Peso: 742 gr
    No disponible
    26,00 €
  • Descripció

    • ISBN : 978-84-1339-161-8
    • Encuadernació : Rústica
    • Data d'edició : 01/09/2023
    • Any d'edició : 2023
    • Idioma : Español, Castellano
    • Autors : SADA, ALEJANDRO / ALBINO DE ASSUNÇAO, RUDY / ROWLAND, TRACEY / SCHLÖGL, MANUEL / DE GAÁL, EMERY / GO
    • Traductors : GONZÁLEZ GINOCCHIO, DAVID
    • Número de pàgines : 524
    • Col·lecció : NUEVO ENSAYO
    • NumeroColeccion : 123
    «El profesor Gottlieb Söhngen, mentor académico y supervisor de la tesis de doctorado de Joseph Ratzinger, estaba convencido de que era imposible prepararse adecuadamente para hacer teología sin contar también con la filosofía: 'No importa cuán largo sea el camino de la filosofía, nunca es una desviación respecto a la teología; más bien, permite a uno embarcarse en el trabajo teológico eficaz más pronto que tarde'. Análogamente, Joseph Ratzinger / Benedicto XVI, defendió la idea de que una filosofía robusta es el marco interior de la teología, y al contrario, una filosofía débil no se corresponde con una teología robusta.
    La conversación y el diálogo con filósofos clásicos y contemporáneos es una de las características más sobresalientes en el pensamiento del papa teólogo. Una compilación de los interlocutores más relevantes y una visión de conjunto de los tópicos, tal como los que provee este libro, cubre un vacío en la literatura ratzingeriana». (Del prólogo de Rudolph Voderholzer)