Caminante incansable, cuando William H. Hudson se instala en Inglaterra comienza a recorrerla a pie, la mayor parte de las veces, y en una vieja bicicleta, otras. Es un tenaz observador de la naturaleza, las aves y los animales, como muestran sus relatos argentinos, pero en Inglaterra encuentra nuevas especies de aves, bosques diferentes a los de su pampa, paisajes llenos de historia y una frondosa y animada vida vegetal que le atrapa de inmediato.
Allá donde va observa a sus gentes, registra sus historias, y convoca a los escritores que dejaron huella en esos lugares. Observa, admira y toma notas impregnadas de un lirismo alegre y precisión de erudito. Pocos autores han conseguido transmitir la mística del campo como este escritor y naturalista excepcional. Un clásico del conocido como Thoreau angloargentino admirado por Conrad, Madox Ford, Borges o el grupo de Bloomsbury.
"El secreto de su encanto como hombre y como escritor es impenetrable, algo sobrenatural. Era un producto de la naturaleza y tenía algo de su fascinación y su misterio".
JOSEPH CONRAD
"Se trata de la «Inglaterra profunda» a través de la cual viaja Hudson, y desde esas profundidades surgen espectros, ancestros, apariciones, recuerdos de violencias y episodios de belleza sobrenatural".
ROBERT MACFARLANE