Si desea contribuir a que su ciudad ahorre mucho, muchísimo dinero sin que por ello descienda el nivel de los servicios, tal como ocurrió en Indianápolis; si pronto se va a ver obligado a trabajar más con la mitad de los empleados que tiene ahora, como han hecho las empresas estatales neozelandesas; o simplemente si quiere duplicar la eficiencia de su organización, a la manera de la Jefatura del Departamento Táctico de las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos, sin lugar a dudas éste es su libro.
Para empezar, los autores proporcionan a los pensadores políticos de todas las tendencias una guía con la que puedan llevar a cabo un verdadero trabajo de «reinvención». Pero luego aclaran que esta «reinvención» no equivale a «reforma», ni tampoco es un sinónimo de «redimensión», privatización o simple reducción del despilfarro y el fraude. Se trata de algo de mayor alcance, algo parecido a un cambio en el ADN de los organismos públicos gracias al cual la constante capacidad de innovación se convertiría en un proceso habitual y los rendimientos mejorarían continuamente sin necesidad de impulsos ni empujones. Es decir, lo que algunos llamarían un sistema que se renueva incesantemente a sí mismo.
Por supuesto, ésta es una tarea compleja que exige un planteamiento cuidadoso, y eso es precisamente lo que proporciona este libro valiéndose de una gran abundancia de casos prácticos. Un planteamiento, en fin, que, tras haber sido sometido a prueba, ha demostrado su validez en todo el planeta y en todos los ámbitos de la administración pública, desde el nacional al local, pasando por la defensa y el servicio de guarderías.