Empapada de la fuerza narrativa de Vicente Blasco Ibáñez (1867-1928), de su maestría en las descripciones -en las que súbitamente brilla la vividez del detalle-, de la inspiración con que se dibuja a lo largo de la obra la psicología de su protagonista, el matador Juan Gallardo, hombre de extracción humilde agitado por las contradicciones que le vienen impuestas por su ubicación en tierra de nadie -entre pobres y ricos, entre el peligro del toro y la exigencia del público-, Sangre y arena es una de las novelas más destacadas de su ingente obra.