Respondiendo a una llamada silenciosa, Dios regresa cuando más se lo necesita. Antes de conocer a Jim y enamorarse de él, Christine se había enamorado de su música. Ahora es su marido, y está claro que nunca llegará a ser una estrella del rock. Su situación económica no es muy buena. Ha pasado mucho tiempo desde que Dios la visitó #bajo la insólita apariencia de un joven montado en una Harley Davidson- para indicarle el camino hacia la felicidad con sus palabras sencillas y sabias. Tanto, que casi le parece un sueño. Cuando se casó con Jim estaba segura de que jamás volvería a sentirse sola. Sin embargo, el fuego de la relación se ha extinguido y percibe, con inquietud, que la vida se le escapa de las manos. Se siente insegura en su papel de madre, agotada, desilusionada e insatisfecha. La angustia que se acumula en su pecho está a punto de ahogarla. Ha olvidado que tiene un amigo que nunca la abandonará y que responderá a su llamada silenciosa#