Matar a la madre patria cuenta la historia de la construcción de las repúblicas latinoamericanas desde un punto de vista muy particular: el antiespañolismo, una perspectiva conocida, pero que hasta este libro no se había tratado de manera completa. El escenario de este homicidio no es el campo físico de la batalla, sino las mentes de los pensadores y políticos más importantes del siglo XIX latinoamericano: Alberdi, Bello, Bolívar, Echeverría, Lastarria, Miranda o Sarmiento. En esta obra no se narra una revuelta voluntariamente gatopardesca, sino una revolución total que busca borrar la herencia española de todos los lugares simbólicos en los que la sociedad criolla se entendía a sí misma: política, economía, raza y religión. El antiespañolismo es la causa y el programa de la independencia para convertirse en el eje temporal por el que se expanden las repúblicas recién creadas. Es también la historia de una pasión que va debilitándose y desapareciendo con el paso del siglo, pero, a su vez, es la confirmación de un trauma identitario que, todavía en las más proespañolas décadas del siglo XX y XXI, servirá para explicar, justificar y desresponsabilizarse del fracaso republicano.