Destino significa «lugar de llegada». Pero también «encadenamiento fatal de sucesos». Algunos piensan que nuestras acciones pueden modificar ese destino. Quién sabe. Desde luego Rodrigo, el hijo único de la familia Morales, no lo sabía ni le interesaba lo más mínimo. Quizá, si lo hubiese pensado, no hubiera sido expulsado de su tiempo, perdiéndolo todo. Un Santander de principios del siglo xix y una vieja tuerta e inquietante le recibirán con toda su dureza.