La crisis política derivada del "procés" catalán podría ser el resultado de una cierta ingenuidad o desconocimiento en el momento de calcular los tiempos, la forma, la estrategia, las reacciones y la realidad internacional, cuando en un contexto similar nunca un proceso unilateral de ruptura ha conseguido la independencia. El autor invita a repensar todo el proceso iniciado a partir de 2013, con un punto culminante en 2017, para explorar una vía negociada y bilateral que pueda desbloquear la situación actual, con casi la mitad de la población catalana dividida entre partidarios y detractores de la independencia. A partir de datos, estadísticas y comparaciones internacionales, teniendo en cuenta que se trata de un conflicto político, muestra cómo solo desde acuerdos políticos de gran calado y ampliamente consensuados, con un diálogo permanente, sincero y comprometido, se podrá encauzar la crisis hacia una salida satisfactoria.