Me llamo Allen Brewster. Tengo nueve años. Vivo en el numero 4152 de vía Solino. En la calle, hay un coche pardo con dos hombres dentro. Vigilan la casa.
Así comienza su confesión este joven investigador. No le gustaba el hígado y buscó la manera de alimentarse como las plantas, a base de agua y sol. Es decir: ¡la fotosíntesis humana! Pero su descubrimiento fue considerado: ALTO SECRETO.
Con un fino e irónico humor, el autor, construye una excelente historia, cargada de acidez y parodia sobre la excesiva tutela adulta. La fantasía, la curiosidad y la espontaneidad del protagonista le harán descubrir verdades y errores por sí mismo.