El coronavirus actúa como un espejo que nos devuelve nuestra propia imagen como sociedad y, al mismo tiempo, como una lupa que agranda la visión de nuestros problemas y puntos débiles, los globales y los de cada país o comunidad. Muchos de los efectos que imputamos a la covid-19 tienen su origen en un sistema social que hace tiempo nos envía señales de clara insostenibilidad ambiental, social y democrática. Asistimos a una gran paradoja, el capitalismo es hoy el único sistema socioeconómico existente, no tiene alternativa, pero al mismo tiempo da signos evidentes de agotamiento.
Joan Coscubiela, desde su rincón en el mundo --Europa, España, Catalunya-- nos ofrece una lectura interesada de la crisis del coronavirus, y nos propone imaginar un nuevo pacto social civilizatorio, que requiere en primer lugar reconstruir el sentido moral de la economía, asumir nuestra gran ecodependencia, apostar por la cooperación y encontrar nuevos equilibrios entre sociedad y mercado.