No necesito amor sino un metabolismo rápido. ¿Y tú?
Vida y tortazos de una miss convertida en mocatriz
Increíble, lo sé. Yo, Miss Albacete, convertida en Miss España. Para que luego digan que hay tongo. Lo vi difícil desde el principio porque qué hacía yo entre tanta mujer de piernas infinitas, pómulos marcados y delgadas como sílfides. Me ves y piensas que soy una gorda adelgazada. Hay personas respiracionistas, que se alimentan de aire, o las que hacen dieta perpetua. Y luego estamos las gordas adelgazadas.
Ahora tengo la sensación de ser un fraude, pero un fraude con corona al fin y al cabo.
Después del reinado de Miss España (a Albacete no vuelvo) los contratos me perseguían: la tele, las convenciones (sí, hombre, seguro que me has visto en alguna), jolgorios mil, pero yo quise ser monologuista. El batacazo fue terrible, así que tuve que escuchar a mi representante: yo a ti te veo de mocatriz. Sí, claro. Modelo, cantante y actriz.
Y ahí estoy. ¿Se puede ser una mocatriz con un hijo de siete años, un ex en Italia, un ligue apretadito y una madre en Albacete?