Queremos conocerlos. Saber cómo se vive en las nubes y cómo se aterriza en el suelo. Queremos conocerlos cuando son dioses, pero también después de serlo. Por eso los hemos entrevistado y lo hemos hecho sin prisas, en profundidad. Y sin distinguir entre campos, canchas, circuitos y tableros. Porque el deporte es cultura y la cultura no entiende de terrenos de juego. Y porque una sociedad no puede entenderse sin entender a sus dioses.