Geológicamente espectacular, rebosante de colores exóticos y siempre cálida bajo el sol del Atlántico, la isla más encantadora de Portugal cumple con todas sus promesas subtropicales. Perla del Atlántico, isla de la primavera eterna…, Madeira bien merece los imaginativos sobrenombres que se le dan y el afecto que sienten visitantes y lugareños hacia esta pequeña isla volcánica.