El arte romano, que absorbió y adaptó a sus propias exigencias la herencia griega, también dio lugar a creaciones propias: tal es el caso del retrato y del relieve histórico. Pero la más alta medida la dio, seguramente, en la arquitectura, desarrollada en un extraordinario proceso artístico y técnico. Todo ello se explica en este volumen, combinando el texto con adecuadas ilustraciones.