El "Príncipe de Spandau", es una revelación, descarada e indecente, que uno de los líderes del nazismo, Rudolf Hess, hace, sin tener conciencia de ello, porque él mismo está loco, de las relaciones entre el "nazionalsocialismo" y la locura: una locura que Hess, en su prisión de Spandau, donde acabó sus días, en cumplimiento de la sentencia del Tribunal de Nürenberg, proclama como un programa patriótico, asumiendo los horrores -para él, las bellezas- del holocausto.