Este libro propone una reflexión sobre la plástica de los últimos cincuenta años, centrándose en las obras y en los artistas que han llevado más lejos sus deseos de acoso y derribo a la noción tradicional del arte. Muchos piensan que se ha tocado fondo y hablan de la impostura de la creación actual, y otros sostienen que la modernidad no es simplemente hacer tabla rasa sino un impulso renovador para descubrir nuevos aspectos de la realidad. El rechazo del propio objeto artístico, la creación de instalaciones y obras efímeras, la explotación publicitaria y el fenómeno de la banalización del arte, ligado al desarrollo de la «cultura basura», son algunas de las cuestiones claves del libro.
Marie-Claire Uberquoi analiza los cambios producidos en los intereses de los artistas, que se adentran en ámbitos extra artísticos, como la sociología, la política o la antropología por medio de realizaciones más propias de la investigación científica o incluso del periodismo. Se aborda además el papel de las nuevas tecnologías, donde el sonido y la imagen virtual aparecen como el no va más.
La autora estudia todas estas manifestaciones, teniendo en cuenta la evolución de la sociedad, que ha contribuido a lo que llamaríamos, la deriva del arte hacia otros territorios. Un tema que conviene examinar detenidamente, porque está provocando una pérdida de sensibilidad y quizá también, una pérdida del poder comunicativo del arte, que es en definitiva su principal razón de ser.
