Acostumbrados a ver en el Rococó un período de frivolidad y decadencia, el estudio de Julio Seoane nos resultará sorprendente: en el Rococó se configura una forma de sociabilidad que es propiamente moderna. No es momento para las grandes teorías, para cánones y verdades, es tiempo de pluralidad y diálogo, de expectativas morales, es tiempo de lugares donde tal diálogo y pluralidad puedan realizarse. El Rococó, dice Seoane, «es la modernidad que todavía no se ha dado nombre».