Creyó Cimabue de la pintura/ dominar el campo, y ahora Giotto tiene el renombre/ y la fama de aquel se ha oscurecido. De ese modo Dante subraya el cambio producido en el arte por Giotto. Antes de él, las figuras pintadas estaban como encogidas en el fondo de frescos y tablas, bloqueadas en un limitado repertorio de gestos y expresiones. Con Giotto, el hombre se desvincula de las reglas rígidas del arte bizantino, sale al descubierto, se mueve, piensa y actúa con todas sus capacidades. Los ciclos pictóricos, los polípticos y las pinturas sobre tabla expresan con fuerza esa auténtica revolución del arte. Giotto reconquista el sentido del volumen y del espacio y expresa sentimientos humanos como no se había hecho desde hacía mil años.