Georges Duby sitúa las altas producciones del Occidente medieval en el movimiento general de la civilización y ofrece las claves para penetrar en este universo de formas fascinantes. Muestra cómo, en el siglo X, el gobierno de la producción artística pasa de manos de los reyes a las de los monjes: cómo, cien años más tarde, el renacimiento urbano establece la catedral como foco de las mayores innovaciones; y cómo, en el siglo XIV, la iniciativa artística vuelve a los príncipes y se abre a los valores profanos.